lunes, 21 de abril de 2014

The Beloved Gun Capítulo 4: El Príncipe de la NFD

- Te extrañé – Fueron las únicas palabras que pronunció Kuromu. Su hermana tenía una expresión de extrañada por lo que dijo pero, volteo y parecía que ya no tuviera importancia alguna lo que pasó entre ellos, pero… a la vez algo me decía que se entendían perfecta y complemente, lo que pensaba el otro, lo que sentía el otro… como si fueran una misma persona.

- No tenías por qué decirlo, ya lo sabía - ¡¿Qué?! Se rompió totalmente toda la tensión que estaba acumulada a penas segundos atrás, y por lo que ahora veo, no sé porque está persona tal vez no sea muy diferente de Kuromu, esa manera de ser de siempre querer ser el centro de atención, y aquél tono de triunfo que utilizaban, era el mismo.

- Siempre tan insolente hermanita… - Creo que esto no le agradó mucho a Kuromu, pero a decir verdad, me gustaba que alguien los aplastara en su mismo juego, y creo que no solo a mí porque Nozomu parecía divertirse también.

- Es la primera vez que salgo de Kakunodate – No quería decir esto de manera que me escucharan los demás pero, supongo que la conmoción de estar en otro lugar distinto, de conocer nuevos horizontes, más personas y poder convivir con ellas hace que me sienta algo emocionado. Los demás solo quedaron en silencio, viéndome como si no entendieran lo que estaba diciendo.

- Me gustaría decirte que te vas a divertir pero no creo que sea conveniente hacer eso, en tu situación sería un más bien, ¡voy a morir!, o algo así.

- ¡¿Cómo que voy a morir!? – Cada vez me siento más frustrado al no saber de qué están hablando, ni de que será el lugar a donde nos estamos dirigiendo.

- Olvídalo, solo será duro al principio, como para cierta persona inútil lo fue – Nozomu parece ser un poco cruel y directo con las personas, y creo que esa persona a la que se refería era la hermana de Kuromu, ya que al momento de decirlo sus ojos se enfocaron ligeramente en ella, que era más que obvio a quien refería.

- Aquí vamos de nuevo – Kuromu parecía que ya sabía en qué acabaría todo esto, por lo que después de sus palabras sólo dio un largo suspiro.

Pasada ya una hora, después de unos cuantos reclamos y peleas entre Kuromu, Nozomu y Minami, llegamos a la prefectura de Akita, de aquí tomaríamos un vuelo hacia América y no sé a dónde más nos dirigiremos después de ello. Creo que comienza a darme un poco de pánico estar fuera del pueblo, no conozco más allá, y puede esto verse también como una aventura para mí pero tampoco debo de confiarme cuando sé que estás personas están involucradas con mi padre. Compramos los boletos y el vuelo fue maravilloso, al principio tenía miedo de subir al avión, era gigante y aparte era algo que nunca había experimentado por la obvia razón de que es la primera vez que salgo de Kakunodate, pero ya después era tan relajante que no quería ni llegar a nuestro destino, pero creo que soy el único al que se le hizo pacífico y sorprendente porque Nozomu ya andaba de un humor que… teníamos miedo de que cayera en desesperación y perdiera el control, Minami ya estaba muy frustrada por el tiempo y… Kuromu, siendo Kuromu, siempre tan callado y pensativo, casi no dijo palabra durante el viaje, no hablaba si no era para pelear con Nozomu.

Bajamos del avión, no sé exactamente en qué parte, país, ni nada de eso pero el lugar era hermoso y enorme, tal vez sea realmente muy ignorante porque algo tan simple para los demás sea maravilloso para mí por no estar acostumbrado a esto.

Estuvimos sentados en el aeropuerto esperando… no sé qué era lo que estábamos esperando, pero no todos parecía andar de buen humor, así que preferí esperar callado y admirar el lugar que me rodeaba. Así estuvimos por alrededor de una hora, hasta que llego un carro color negro, parecía muy elegante, y la persona que lo manejaba era un hombre de muy buen aspecto pero muy serio, cuando los demás lo vieron quedaron como piedra, tal vez ellos tampoco esperaban algo así.

- Tenía que ser él… - Escuche murmurar a Nozomu. En ese momento el hombre se bajó enojado y todos quedaron perplejos.

- ¡¿Qué están haciendo allí parados sin hacer nada?! – Que hombre tan aterrador… No menciono nada acerca de mi presencia, y solo nos subimos al carro junto con el equipaje que llevaba, y el camino hacia el lugar al que íbamos fue sin una sola palabra, ni peleas entre Nozomu y Kuromu, y ningún reclamo, creo que este hombre también les asustaba o no querían tener problemas. Todo estuvo tan tranquilo… estaba cómodo en donde me encontraba y llevaba mucho tiempo sin dormir, así que mejor me eche a tomar una siesta.


- Yuuta, ¡yuuta!, vamos despierta – Abrir mis pesados parpados era un duro trabajo después de tanto esfuerzo por mantenerme despierto durante todo el viaje, Kuromu me había despertado, y no quería levantarme por lo cansado que estaba pero creo que tenía que levantarme para ver si habíamos llegado.

-  Lo siento, necesitaba descansar, no estoy acostumbrado a desacomodar de esta manera mi horario – Mis palabras mostraban claramente todavía un profundo cansancio - ¿Llegamos?

- No, aún no, pero nos quedaremos a descansar en este lugar – Dijo para voltear a ver una casa de gran tamaño, no era tan gigante como para ser un castillo, pero tampoco tan pequeña como para una casa normal, y se veía muy elegante y lujosa, era bellísima, cada cosa nueva que veía era cada vez más sorprendente – La guarida del príncipe de Neo Flammam Divinium, no Minami? - ¿Príncipe?, ¿entonces ellos conocían este lugar?, bueno era mejor que quedarse en algún sitio desconocido.

- Cállate Kuromu, era mejor habernos quedado en algún Hotel, no me gusta estar aquí – La voz de Minami mostraba un tono de derrota ante Kuromu.

- No empiecen - ¡Nozomu entro a la pelea!, aunque ni siquiera se tomó la molestia en bajarse del carro ni mover dedo alguno, creo que parecía monotonía que estuviesen peleando, ciertamente apenas los conozco pero desde que estamos en el tren, lo único que escuchaba eran quejas y quejas.

Apenas comenzarían su rutina de siempre, pero el hombre que iba manejando salió del carro y los demás guardaron silencio, me pregunto por qué le tendrán tanto pánico a ese hombre. Este mismo se acercó a la puerta principal y tocó el timbre que ahí se encontraba. La puerta se abrió dejando al descubierto a un hombre con el aspecto de, cómo dijo Kuromu, un príncipe, tal vez suene un poco extraño esto viniendo de un hombre pero, es que, tenía una abundante  hermosa cabellera de un color rubio claro como plateado a la vez, y sus ojos, que reclamaban toda tu atención, de color azul, igual de profundos que el mar, aparte de lucir un cuerpo bien formado.

- Mmm… Haruka, estuve esperándolos plácidamente, vino Yumu, ¿verdad? – Dijo esto observando a Minami, pero ¿Yumu?, creo que ya había escuchado ese nombre anteriormente, pero en estos momentos no puedo recordar…

- Él siempre está conmigo, aun así gracias por preguntar por él – Parece que a Minami no le agrada mucho esta persona.

Nos invitó a pasar y su casa por dentro era igual de maravillosa que por fuera, llena de elegantes muebles y cuadros de arte gran calidad. Estuvimos en la sala de estar durante un tiempo, el hombre que nos trajo estaba conversando con él, no lo había escuchado conversar con alguien en todo el camino, hasta ahora. Kuromu y Minami parecían los hijos de una madre que se queda a platicar con algún conocido durante el ansiado camino de ir a un lugar esperado mucho tiempo atrás, ambos con la expresión de fastidio, y de no poder esperar que todo termine, por ver como entraban en desesperación no me había percatado de que Nozomu no estaba… ¿acaso se había quedado en el auto?, pero… ¿Por qué?, Me excuse para ir al carro, y ahí estaba. Tratando de asimilar que no es molesto durar tanto tiempo en el automóvil, parecía muy molesto, y después de lo que había pasado la vez anterior no tenía muchas energías como para acercarme a él, pero… lo hice.

- Disculpa… ¿no vas a entrar? – Tenía miedo de que me contestara con su forma normal de ser, tan fría y distante, no estoy acostumbrado a que las personas me traten así, pero quería saber porque seguía afuera.

- No quiero. No me gusta este lugar, me trae malos recuerdos, pero en un momento entrare, no tienes por qué meterte en asuntos que no te incumben enano – Esta vez… a pesar de su insolencia, Nozomu parecía diferente… Preferí dejarlo así y regrese adentro. Ya a la hora de cenar estuvimos en un enorme comedor, como esos que salen en las películas de casas elegantes en lugares sorprendentes y todo ese tipo de cosas, pero Nozomu seguía sin aparecer, hasta que Minami fue por él.

Cuando regreso, ya junto con Nozomu, se sentó y el hizo lo mismo descaradamente como si estuviera en su propia casa.

- Este lugar ya comienza a oler a viejo, deberías de hacer algo con eso Matteo, aparte de que no tiene mucha seguridad, por lo visto, serías destruido en cuestión de segundos, vaya desperdicio de tiempo el que pase contigo entrándote – ¿Entrenándolo…? Había escuchado por Kuromu que Nozomu era maestro en la organización pero… ¡este hombre es mayor que él!, a parte Nozomu ¿no es algo joven para ser maestro…?

- Vamos hermoso, no tienes por qué ser tan estricto – Parece que al otro hombre no le afecto para nada el comportamiento de Nozomu.

- ¡Respeta a tus mayores!, realmente no veo cómo es que pasaste cuando eras mi alumno. – Nozomu normalmente tiene un temperamento con el que es muy fácil hacerlo explotar, pero en estos momentos era diferente… había explotado en cuestión de segundos y se veía muy mal… El hombre no respondió nada a Nozomu y yo interrumpí la comenzada discusión de Nozomu.

- Disculpa… ¿Cuántos años tienes…? – No pude evitar preguntar esto, creo que siempre he sido algo directo por lo que no me gusta quedar con dudas en nada, y siempre digo lo que pienso sin importar el resultado.

- El tiempo se detuvo para el ya hace mucho – Cuando Kuromu dijo esto todos quedaron con expresión de que era algo que no debía mencionar.

- Así mejor. Una de las miles de razones para ser el candidato principal a líder de la NFD - ¿NFD…?

Nozomu parecía muy frustrado con la simple presencia de aquél hombre, la cena estuvo llena de tensión después y no hubo ya palabras de nada. El hombre solo sonreía y a pesar de su bello aspecto tan frágil y amable a ninguno de nosotros nos daba confianza. Y el otro hombre que estuvo acompañándonos durante todo el camino aquí permanecía con un semblante de seriedad, y con ellos a los demás no les apetecía mucho hablar. Ya en el anochecer el hombre nos llevó a las que serían nuestras habitaciones esta noche, al igual que todos los lugares que ya había podido apreciar estos también eran hermosos, muy amplios y con aspecto de ser realmente cómodo.

En esta noche reinaba la tranquilidad, el silencio se había apoderado totalmente de ella, pero no me siento bien… tengo un mal presentimiento, a pesar de que el lugar es muy cómodo y agradable, no me gusta estar aquí. Cada vez voy conociendo a más personas, y no todas me inspiran mucha confianza, como aquél hombre que tiene la apariencia de un príncipe, además, parecía que a ninguno le gustaba su presencia, y cada vez que hablaban más acerca de la organización en la que trabajaba mi padre, comprendía menos la situación. Estuve todo el tiempo reflexionando acerca de eso y de lo ocurrido hoy, hasta que escuche el sonido de alguien tocar mi puerta y fui a ver de quien se trataba. Abrí y pude advertir que era Kuromu. ¿Qué estaba haciendo aquí?

- Yuuta, vine a ver cómo te encontrabas, después de lo que ha pasado y las personas que has conocido, supongo que estás muy confundido ¿verdad? – Creí que era un total patán, pero, vino a ver si me encontraba bien…

- Si… no comprendo nada, y luego nadie me habla acerca de ello, ¿cómo quieres que este? – Se sentó y la cama e hice lo mismo.

- No hagas tanto ruido por favor, no saben que estoy aquí y si lo descubren tendré problemas, podrían escuchar de lo que hablamos. – Lo peor de todo, es que no se cuán peligrosas son estas personas, y eso no me permite hablar libremente.

- Está bien… lo siento, ¿Quiénes son esos dos hombres? ¿Y lo de Nozomu…? – Tenía inquietud por ello, y normalmente siempre fui muy curioso, y esto estaba carcomiéndome por dentro, quería saber.

- Te contare pero… ¿qué ganare con eso? – Kuromu… ¿otra vez está jugando conmigo?, se había acercado demasiado a mi rostro y puso su mano sobre la mía

- ¡Muérete Kuromu! – Estaba comenzando a detestar los juegos que hacía siempre, no me gustaban porque… ¡no lo sé!, creo que… Kuromu me hacía sentir de una extraña forma y eso me gustaba, pero… tampoco quería que estuviera jugando vilmente conmigo.

- ¡Yuuta!, ¿Qué son esas palabras?, vamos no me mires de esa manera, está bien, te contare pero espero que puedas darme lo que quiera cuando te lo pida. - ¿A qué se refiere con eso…?

- El hombre que nos trajo aquí se llama Haruka y al igual que Nozomu es un maestro, el mejor, es muy fuerte, pero no podría compararse con la fuerza de Nozomu, solo que él como maestro hará que te conviertas en uno de los mejores, aunque a muy pocos les es asignado, y claramente nadie quiere tenerlo como maestro porque es muy duro y estricto, algunos piensan que van a morir teniéndolo a él por como los trata. Y el otro hombre… él fue estudiante de Nozomu, como te habrás dado cuenta ya.

- Sí, pero… hay muchas dudas que tengo de ello…


- ¿El estudiante de Nozomu…?

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