miércoles, 22 de mayo de 2013

the Beloved Gun - Capítulo 3: Bajo la resplandeciente Luna

Sentir la brisa del viento acariciar suavemente tu rostro

Escuchar el bello sonido de la naturaleza que te rodea

Y ver con tanta claridad el hermoso cielo estrellado…

Definitivamente no hay nada mejor para mí que poder disfrutar un momento como este, y luego… estando al lado de esta persona…

- Dime Yuuta, ¿estás seguro de esto? – escuche hablar a mi acompañante a través de la inmensa oscuridad que había.
- Ya tome una decisión, y no pienso cambiarla, por favor ya no me menciones nada sobre ello, sino definitivamente terminaré huyendo, prefiero no pensarlo y solo dejarme llevar por lo que suceda. Ya cuando el momento me lo exija, veré que hacer.
- Mmm… bueno, a veces pensar que hacer con respecto a una decisión difícil es un caos, qué harás en el momento, y todas esas palabras interrogantes, por lo que parece ser mejor seguir sin preocuparte por ello, y enfrentarlo ya cuando sea el momento – tal vez a veces pensamos de una forma muy similar pero siento que somos totalmente diferentes, hay algo que nos separa demasiado y tal vez no se que sea pero…me inquieta. Quiero saber que es esta persona, quien es esta persona.
- Kuromu… ¿alguna vez te había visto antes?, ¿ya nos habíamos conocido? – No sé él porqué de esas preguntas, pregunté por inercia. Tenía tantas preguntas por hacer y a la vez ninguna.
- Imposible – dijo sin ni siquiera pensarlo, como si se lo tomara como algo sin importancia y totalmente a la ligera, sus palabras y expresiones tienen tanta simplicidad.
- ¡¿Por qué?!, Eres tan extraño, comienza a molestarme eso – tenía que decírselo, no soy de los que se guardan mucho las cosas que piensan, y sé que hay personas a las que no les agrada mucho eso, pero pienso que es mejor de esa manera. Creo que estaba comenzando a tomarle demasiada confianza a Kuromu como para hablarle así a pesar de no saber nada de él, y de la forma en la que se ha comportado conmigo.
- Haha, ¿tú crees?, Claro que lo soy, y que bueno que te das cuenta de eso, porque soy y a la vez no, ¡como mi hermana!, o algo así… bueno, ni yo mismo comprendo mucho de eso.
- ¿Hermana?, todo lo que dijo no tuvo sentido alguno para mí… ¿De qué estaba hablando?
- ¿Tienes una hermana? – dicho esto volteo a verme con una expresión en su rostro de no haber dicho nada, y no obtuve respuesta alguna.

Se abrió un gran silencio entre los dos, era algo tan incomodo para mí, no sabía de qué hablar con él, ya que si le preguntaba de algo que tuviera que ver con su vida, me ignoraba y no contestaba ninguna e mis preguntas, eso me molestaba, aunque parecía más bien como si yo lo estuviera molestando a él, y no quería eso.

- Perdóname. No es que sean molestas tus preguntas, solo que no me gustaría hablar de eso en este momento, no quiero pensar en ello debido a que… antes de venir pasó algo, hice algo que realmente no debí de hacer… de lo que me arrepiento totalmente… - Pude advertir una profunda tristeza en sus palabras, creí que era alguien que todo lo veía como un juego, ya que no le tomaba seriedad a las cosas, pero, parece que me equivoque – pero si de verdad quieres saber tendrás que ganarte esa información, ¿vale? – no sé porque me sentí un tanto feliz al escuchar esas palabras, realmente quiero saber más sobre él, quiero saberlo todo…
- Vale… - mi pronunciación mostraba grandemente un tono de nerviosismo, no quería hacer notar él como me sentía y lo peor de todo es que no sé porque siento que estoy todo sonrojado… que vergüenza, pero no lo puedo evitar, así es como soy.
- No te muevas – en el momento en el que dijo eso, se poso sobre mí como cubriéndome de algo.
- Con que aquí estabas, Kuromu – esa voz… parecía ser la misma que escuche cuando sentí aquél golpe y todo se volvió oscuro …
- Nozomu… ¿Qué haces aquí? – Kuromu le contesto de una manera indiferente, después de eso se levantó y pude ver a la persona de aquella voz… era un chico que aparentaba la misma edad de Kuromu, aproximadamente unos 17 años, tenía un negro y revoltoso cabello, y unos ojos color café miel tan intensos y brillantes que llamaban en gran manera la atención.
- Sabes porque estoy aquí – volteo a verme y me sonrío amablemente, Kuromu simplemente dio un largo suspiro.
- Que molestos son, si saben que yo vendría no tenía por qué haberse tomado la molestia –Parecía que Kuromu lo conocía muy bien, a veces me pregunto si es que todos saben lo que está pasando menos yo.
- Lo sé, pero fueron ordenes de Ryouta, que triste por ti, parece que te perdió confianza después de lo que paso con Mamoru – parecía que se estuviese burlando de él… no me gusto como lo trato y aparte, otra vez ese Mamoru… Kuromu no respondió ante sus palabras y el otro no dejaba de mirarlo como si disfrutara de su situación.
- ¿Dónde está? – pregunto Kuromu, creo que no hay lugar para mí en esta conversación pero… ¿esta persona también vino para tratar de convencerme a ir con mi padre?
- Se quedo en casa de Chiai, saldremos al tren de primera hora, nosotros también nos atrasamos demasiado, ¡Ryouta estallara de enojo!, ¡Que divertido!, No está aquí conmigo porque cierta persona no tiene agallas para verla a la cara, no entiendo porque, ¿sabes?, son iguales después de todo, deberías de poder superar esto Kuromu, al menos tomarle confianza, sabes que no te dejaría por algo así, a parte no es posible que siendo de los mejores de Ryouta no puedas con algo tan trivial – empiezo a perder todo el sentido de la conversación, todas las cosas que decía era algo que no podía comprender, pero no quiero olvidarlo, tal vez con esto, podría conocer más acerca de Kuromu. -¡Pero no puedo creerlo!, ¿este es el hijo de Ryouta?, parece alguien tan simple, débil e ingenuo – estaba humillándome…
- Lo sé – fueron las únicas palabras de Kuromu, ¡¿entonces también era así para él?!, Quería salir corriendo y refugiarme en el lugar más cercano que pudiese encontrar, pero… Mi orgullo no me permitió hacerlo, y desgraciadamente tampoco pude mantenerme callado.
- ¿Y tu quién eres?, no creo que tengas el derecho de hablarme de esa manera – ante mis palabras  comenzó a reírse, ¿quién se cree que es este tipo?, pensé.
- ¿Yo?, no voy a perder el tiempo con alguien como tú, aunque seas el hijo de Ryouta. Parece que tienes muchas agallas como para hablarme de esa manera – esta persona es tan molesta, si tuviera más fuerza lo golpearía, pero… no sé ni quien es, y si trabaja para mi padre definitivamente no me daría mucha confianza hacer eso. - ¡En fin!, tengo que  irme.
- ¡Espera! – lo detuvo Kuromu - ¿Por qué viniste?, no creo que haya sido solo para esto, sabes que me odias y no soportas verme como para solo venir a alardear,  aunque… ella y yo somos iguales, ¿no es así? – A pesar de lo dicho por Kuromu, con el actúa más tranquilo, ¿será que no quiere meterse en problemas?
- Vine porque me mandaron, un favor, aunque tienes gran razón al decir que te odio, pero ella no. Dice que siente mucho lo que paso con Mamoru, que fue culpa de ella no haberse percatado de tus sentimientos hacia él y por eso todo se desfiguró, espera que pronto puedan volver a hablar como antes, y que puedas estar mejor después de ello, eso es todo, y ahora si me voy, seguramente ya está dormida, con el sueño tan pesado que tiene, no estaría mal aprovecharse de la situación… ¿o sí? – no sé porque siento un enorme tensión aquí.
- ¡¡Nozomu!!, deje que estuviera contigo porque confíe en que la cuidarías, si e pones un solo dedo encima te aseguro que serás la nueva víctima de Yumu.
- Te equivocas. Eso fue lo que habías encargado a Mamoru. Yo puedo hacer lo que se me dé la gana con quien se me dé la gana, ¿entendiste? – quede inmovilizado, tenía una pistola con la cual estaba apuntando hacia la cabeza de Kuromu, sentí un miedo inmenso invadir mi ser, ¿en qué consiste el trabajo de estas personas?, mi padre… ¡¿quiere que yo sea así?!
- Vamos, inténtalo Nozomu, pero… ¡ah!, si lo haces te aseguro que no te servirá de nada, ¡¿por qué no la dejas en paz?!, ¡Puedes a cualquier otra persona! – Cuando Kuromu dijo esto, el otro chico bajo su pistola. – Después de todo, ¿nada más la quieres para hacer tus perversiones no? - no se escucho alguna otra palabra del chico, y Kuromu volvió a romper el silencio – Cuando regresé me aseguraré de que se aleje de ti.
- Eso es algo que tu no decides Kuro, no te creas mucho solo porque Ryouta te da todo lo que quieres
- ¿Quieres apostar? – Kuromu parecía muy confiado, no le tenía miedo a aquél chico a pesar de cómo era, este mismo lo miro indiferentemente, dio la vuelta y comenzó a dar paso a su regreso a mi casa, Kuromu ya no mencionó nada más y pudimos ver como Nozomu desaparecía conforme avanzaba hasta desaparecer en la oscuridad del lugar.
- ¡Como me estresa!, ¡cuando lo vuelva a ver…! – quejaba y quejaba como un niño pequeño al que no le cumplen sus caprichos, y después de un rato de seguir con ello comenzaba incluso a perder la coherencia de sus palabras. – Yuuta, debes de tener cuidado con esa clase de personas, trata de no volver a hablarle de esa manera a Nozomu.
- ¿Qué? – dije de forma distraída - ¿Quién es él?, y la persona de la que estaba hablando, ¿es tu hermana? – no pude evitar volver a abrir el interrogatorio, tenía tantas preguntas por hacerle, tantas dudas acerca de todo.
- Sí. El es su maestro, en el lugar que trabajamos hay varios grupos en los que estamos divididos, según maestros, habilidades y otras cosas más, pero es algo de lo que te hablare cuando estemos allá, aún así será mejor que por el momento trates de mantener tranquilo ese carácter que tienes, sé que es pesado soportar que te traten de esa manera pero podrían matarte en cuestión de segundos si así lo quisieran, sin importar que seas el hijo de Ryouta –Preferí guardar silencio escuchando lo que él me decía, era información que me daba Kuromu con respecto a lo que me estaba esperando cuando llegáramos a nuestro destino.
- Entonces… ¿el es muy fuerte?, ¿pero no es muy joven como para ser maestro?
- ¿Joven?, hay cosas que no te puedo contar, recuerda que tienes que ganártelas enano, pero lo que si te puedo decir es que, el es muy fuerte físicamente, y es un maestro del engaño, es muy peligroso y no se puede ni debe confiar en él, aunque siento que por el momento no hay que preocuparse por él, tal vez… no es tan malo…. ¡Olvídalo!, ¡¿en qué estoy pensando?!, Nozomu siempre será Nozomu, ¡rayos!, es todo por su culpa. – Aquí viene otra vez con sus quejas, suspire, aunque… es divertido ver como se contradice a sí mismo.

Recostado junto a él podía observar la resplandeciente noche, parecía como si estuviésemos siendo envueltos por su inmensidad, atrapados en ella reconfortablemente. Ya era muy tarde, espero que no vayamos a perder el tren, hoy fue un día bastante largo. Mis pesados parpados comenzaron a cerrarse lentamente como si estuvieran reclamando no ser cerradas a la hora en que todas las noches se cierran.


Desperté. No sabía qué hora era, no había medido eso y no quería perder el tren, no lo creía, pero realmente tenía ganas de ir a ese lugar. Revisé la hora y parece que todavía tenía tiempo, pero no me había percatado de que mi compañero ya no estaba conmigo, ¿se había ido sin mi?, bueno, en primer lugar, la razón por la que vino era para llevarme con él, pensé. Apresuradamente me levanté me levante y me eche a correr hacia la estación, no tenía energías, incluso pensar era una molestia, pero tampoco disponía del tiempo como para ponerme a andar a paso de tortuga.

Llegué la estación y parecía que se encontraba escaso de gente, bueno es normal ya que es un pueblo pequeño, por lo que no siempre está muy lleno, a muchas personas no les gusta salir de aquí, todo es pacífico y bello en este lugar.

Pude divisar entre las pocas personas que se encontraban a Kuromu, tengo que reclamar el hecho de que me haya dejado solo. Me acerqué rápidamente a su encuentro.

- ¡Kuromu!, ¿qué te crees que eres?, ¿por qué me dejaste solo? – Como siempre mi forma exaltada de hablar cuando algo no me agrada.
- ¿Kuromu? – Dijo esto al momento en que se giro como reacción de mi llamado, pero… ¡esta persona no era Kuromu!, parecían iguales… su cabello, su rostro, solo que esta persona era una chica… su voz y la complexión de su cuerpo eran obviamente distintos a los de Kuromu, y era lo que denotaba la distinción de su sexo.
- Ah, yo… disculpa te confundí con alguien más – Me pregunto si es normal que siempre termine haciendo el ridículo, pensé.
- No te preocupes… ¿hijo de Ryouta…?, ¿verdad? – Esto no fue algo que me causara sorpresa, ya que era demasiado obvio de suponer que esta chica era la hermana de Kuromu, pero no creí que llegaría a conocerla.
- Si… ¿hermana de… Kuromu? – No sé por qué razón sentí un leve calor en mis mejillas, ella también pareció notarlo.
- Ohh, ¿Kuromu te contó de mi? – Pareciera como si esto le hubiera causado una gran impresión.
- Ah, solo algunas cosas… - No quiero hablarle sobre lo que me dijo Kuromu, ya que tal vez es algo en lo que no debería entrometerme…
- Entiendo… - Definitivamente esta persona parecía ser totalmente distinta a él en cuanto a personalidad, a menos que también sea múltiple cara, pensé. No podía evitar moverme tanto y voltear hacia todos lados, me sentía nervioso sin razón alguna, en un momento en el que voltee a ver el reloj para saber en cuanto tiempo más tendríamos ya no estaba, se fue sin darme cuenta en qué momento lo hizo, simplemente desapareció, ahora que lo pienso, todas las personas que tienen que ver con mi padre son tan extrañas…
- ¡Yuuta! – Esta vez era la voz de Kuromu, como había mencionado antes, ¡me desagrada en totalidad que las personas hagan eso!, siempre me asustan haciéndome quedar en ridículo.
- Kuromu, ¿en dónde estabas?, nada más te fuiste sin decir nada, ¿qué te crees que eres? – ya mi anterior y encendido enojo habían sido apagados por la impresión de ver a su hermana.
- Vamos no te enojes chachorrito de Ryouta, supuse que me alcanzarías, aparte tenía que arreglar unos asuntos con cierta persona. Mira será mejor que nos apuremos, el tren ya vendrá.
- ¡No me cambies el tema! – Aquí viene mi exaltación de siempre.
-  ¿Qué?, disculpa no te escuche – Creo que no pudo haber utilizado un tono más sarcástico.
- Olvídalo – Lo deje por la paz. No me gustaría perder toda mi paciencia en algo sin sentido.
-  ¡Punto para Kuromu! - ¿Qué…?, actúa como un niño consentido de primera…

Ya al momento de entrar al tren pudimos ver que ahí se encontraba Nozomu, y… la hermana de Kuromu. El semblante de él cambio por completo y solo entro, ya sin su emoción y satisfacción de haberme hecho perder la paciencia, la situación cambio por completo en cuestión de segundos. Nozomu parecía disfrutar de ello y, la hermana de Kuromu ignoraba el hecho de que él estuviera, cuando la vi me sonrío y Nozomu… preferí tratar de mirarlo lo menos posible… no quería que pasara algo como lo de ayer, había sido suficiente para mí. Nos sentamos en frente de ellos, no salió palabra de nadie durante mucho tiempo hasta que Kuromu rompió el silencio.


- Te extrañé. 

miércoles, 15 de mayo de 2013

the Beloved Gun - Capítulo 2: No puede llover hacia arriba


- ¿Vendrías conmigo? – los sentimientos que comenzaron a desbordarse dentro de mí, brotaban inundando mi ser de emoción, parecía como si fuera una pequeña flor en aquellos días en los que el brillante sol con su luz hace que comiencen a florecer poco a poco. Debido a ello no me percaté de lo cerca que estaba Kuromu de mi, incluso creo que es la primera vez que lo menciono por su nombre.

- Yuuta? – tomando mi mano me acerco a él tan cerca que podía sentir su respiración en mi cara, acercándose a mi oído comenzó a hablar – Parece que todavía estas muy confundido, ¿no es así? – rio al decir aquello, y en ese momento tomo mi mentón y comenzó a acercarse lentamente a mí, parecía que mi esencia se hubiera desvanecido debido a su presencia, creí que me iba a besar, estaba tan cerca… y cerré mis ojos como reacción de ello, pero… nada paso, al momento de abrirlos tenia frente a mí a Kuromu riéndose juguetonamente, no pude evitar el sentirme totalmente avergonzado por ello, y ni siquiera tenía palabras para excusarme de lo sucedido.

- El sábado – mostré una expresión de no saber a qué se refería – el sábado hay misa, te estaré esperando ya con una respuesta – dicho esto solo se fue, quede plantado al piso sin saber que pensar o que sentir, me había puesto totalmente en ridículo!

En ese momento comencé mi recorrido de vuelta a casa, tenía tantas cosas que pensar, ¿ir con él?, ¿a dónde?, con… ¿mi padre…? El solo hecho de pensar en ello hace que mi rostro pierda toda emoción y lo único que deseo es dormir, para poder olvidar todo lo que paso y calmar el dolor durante un rato, pero… a la vez no quiero hacerlo, quiero ir con Kuromu, pero eso parece imposible. Creo que será mejor que lo olvide todo y le diga que no.


Ya llegado el sábado pase todo el día nervioso sin saber que le diría, pero aun así… ¿que estoy haciendo aquí en misa?, no es que sea alguien que viene muy frecuentemente que digamos y aparte tampoco es que a veces me desespere mucho en ello ni nada por el estilo… es solo que esto definitivamente no es normal para mí. En lo que estuve aquí no vi para nada a Kuromu, se supone que debería estar ayudando en algo.

Ya terminada la misa estuve esperando a fuera a mi madre, como ya había mencionado anteriormente, esta de colaboradora aquí, esto realmente le gusta mucho.

- Sabía que vendrías – al momento de escuchar la voz de Kuromu no quería ni voltear a verlo, no después de lo que paso – ¿Estás bien? – se acerco a mí.

- No tengo razones para no estarlo, ¿o sí? – ¡ha! Le aplique su juego de siempre.

- ¡Bien!, entonces dime… ¿cuál es tu respuesta? – al escuchar eso mi cuerpo se paralizo, no tenía razones para ir con él, pero… de verdad quería acompañarlo, quería saber más de él, solo que… había algo que no me permitía aquello. Ahora que lo pienso, el siempre ha sido mi razón de no poder ser feliz, mi padre siempre ha sido esa razón.

Lo siento… pero, no lo sé – un tono de tristeza se adentro en aquellas palabras que salieron de mi boca – sabes que no es fácil para mí… - el dolor se mezcla con la ira y empieza a salir esa parte de mi tan fría y distante que siempre he odiado.

- Te diré un secreto, aunque la verdad ya no sé si este sea un secreto o no, mi razón de estar aquí es porque él me mando por ti - ¿Qué era… lo que estaba escuchando? – Se que tienes muchas razones para no querer venir conmigo Yuuta, eso lo sé perfectamente, pero él tiene algo muy importante que decirte, es una persona sorprendente, y lo que te hizo, y… por lo que pasaste fue por una razón – no salió de mi palabra alguna.

- ¡Yuuta! – escuche la voz de mi mama, parece que ya había terminado lo que sea que estuviese haciendo – ¿Kuromu? – lo miro como si supiera que estaba pasando y prefirió no hablar.

- Buenas noches Chiai – le respondió amablemente como siempre, cuando se trata de que piensen que es una persona tan seria y dulce como se ve, actúa de esa manera, pero comienzo a creer y sentir que realmente el no es así. – Quiero decirle que le agradezco mucho lo que hizo por mí este tiempo que estuve aquí, tal vez no fue mucho pero me la pase muy agradablemente en compañía de ustedes, gracias por su amabilidad –

Fue un placer tenerte con nosotros Kuromu, siempre estarán abiertas las puertas de esta iglesia para ti, espero volver a verte algún día.

- A decir verdad, siento que será difícil volver con Ryouta, después de lo que ocurrió con Mamoru… - cada vez que menciona aquél nombre con tanta confianza y sencillez me hace sentir que la grieta que hay dentro de mi cada vez tenga menos posibilidades de cerrar. – No sé lo que pasara ahora, y mi regreso aquí no creo que sea algo posible, las cosas no funcionaron como esperábamos, aún así fue mucha tu ayuda para mi Chiai, gracias – dijo esto haciendo una reverencia.

- Yuuta… ¿podrías adelantarte? – ¿acaso hay algo que me están ocultando?

- Claro, te espero en casa – no tenía otra opción más que obedecer a mi madre, no podía estar ahí estorbando en algo que no tiene nada que ver conmigo.

Regrese a casa exhausto y agobiado por la sobrecarga de información en tan poco tiempo, ya los días parecían ir recuperando su color y las nubes daban paso a la brillante luz del sol cuando, tenía que volver a recuperar el recuerdo de él… Aún así prefiero no pensar en eso, es algo que no me incumbe… ya no.

Tenía pensado irme a dormir después de lo que pasó pero antes de que diera paso alguno hacia mi cama escuche el sonido de la puerta principal, y no es que sea muy entrometido ni nada pero preferí ir a recibir a mi mamá, puede que me mencione algo con respecto a lo que paso.

- ¿Mamá? – baje las escaleras y me dirigí hacia la sala de estar, parecía que no había nadie… tal vez fue mi imaginación.

- ¡¡Yuuta!! – escuche su voz gritarme por detrás.

- ¡¿Mamá?!, ¡por favor al menos avisa! – como detesto que haga eso, creo que un día de estos va a venir matándome de un susto – ¡¿ahora te crees un ninja o qué?! – hay momentos en los que hablo de forma muy exaltada a las personas, y no es que lo haga con intención de herir sus sentimientos, es mi manera de expresarme pero, hay veces en las que termino lastimando a las personas de esa manera, aunque no sea mi intención.

- Vamos, vamos, no te lo tomes todo tan a pecho Yuuta, tengo que hablar contigo – dichas estas últimas palabras pareciera que estuviese escuchando a alguien más, normalmente mi madre es tan tranquila y alegre pero, cuando se trata de algo serio cambia su voz drásticamente, haciendo que tengas razones para preocuparte.

- ¿Qué pasa…? – Tendrá que ver con… Eso que no quiero mencionar…?

- Es sobre tu padre… - lo sabía. – Sé que no quieres ir, Kuromu ya me lo dijo, pero no solo me dijo eso, me contó todo lo que paso – todo lo que paso…? – Dime Yuuta… te gusta Kuromu? – No sé porque en ese momento sentí que me cayó una piedra gigante en la cabeza.

- ¡¿Qué?!, porque, ¿por qué me preguntas eso?, yo… claro que no, ¿cómo podría gustarme alguien como él?, aparte es un hombre, ¡pero claro que no!

- El hecho de que estés todo sonrojado y la forma en la que hablas me dice otra cosa.

- ¡¿Qué cosas te dijo?!, ¡Cuando lo vea lo golpeare! – creo que con esto toda la frustración de lo que me había pasado quedo atrás rápidamente.

- Pues ya no lo verás. – esas palabras dichas de una manera fría retumbaron en mi mente.

- ¿Regresara con él…? – en lugar de parecer una pregunta, era más bien una afirmación.

- Tiene qué, pero ese no es el problema Yuuta, tienes que ir, hazlo por ti mismo no por tu padre, hay cosas que aún no sabes que allá descubrirás, cosas que necesitas, que tienen que ver con lo que paso.

- Pero eso significaría…

- ¡¡Yuuta!! – la manera en la que se expreso me dejo sorprendido, normalmente ella no se pone de ese humor tan fácilmente – ¿No puedes dejar de aferrarte ya al pasado?, ¿no habías dicho que querías ser fuerte?, dime… comportándote de esa manera ¿en qué te ayudará?, no fue fácil, lo sé, no eres el único que ha pasado por cosas difíciles, hay personas que han pasado por peores y saben seguir adelante, trata de superarlo y seguir… - conforme hablaba, el tono de su voz parecía ir disminuyendo, al igual que se veía como si estuviera siendo arrastrada por la desesperación al ver que en el rostro de su débil hijo no se mostraba signo alguno de emoción, pero como culparla si lo único que trataba de hacer era alentarme y mostrarme la realidad de las cosas, y aunque pareciere que no le estuviera tomándole importancia alguna, esas palabras dolieron profundamente, pero… sabía que tenía razón y que, aunque una parte de mi no quisiera, tenía que hacer algo.

- Iré – fue lo único que dije, y en ese momento levanto su rostro con una expresión de no entender lo que decía, creo que para ella también era bastante sorprendente el que cambiara de opinión.

- ¿De verdad?, pero… El tren a Akita se irá a las 10:30 p.m. es el que él tomará y solo quedan 15 minutos para que el tren se vaya.

- ¡¿Cómo se supone que lo voy a alcanzar?!, ¿cómo es posible que me digan esto a último momento?, y luego te quejas de que hago la tarea a última hora… - mi frustración regreso, definitivamente regreso, pero veo divertido el hecho de tratar de alcanzar el tren – Rayos, ¿y el equipaje?, ¿qué se supone que me voy a llevar?

- No te preocupes por eso, lo hice tomando en cuenta que dirías que si – dijo despreocupadamente, pero para mí más bien fue algo descarado que hiciera mi equipaje sin decirme nada, ni tomar en cuenta mis decisiones - ¡¿Cómo?!, ni creas que casi me estás echando de la casa –

- Sabes que yo no haría algo así mi pequeño niño – a mi no me engaña con ese tono.

- Ya tengo 16 años mamá, creo que es una edad suficientemente grande como para que empiece a tomar mis propias decisiones.

- Pues no mientras vivas bajo este techo jovencito – mamá 2 puntos, yo 0.

- En fin, se me hace tarde – en ese momento se fue la luz, y se escucharon unos extraños ruidos.

- Minami… mira, mira, ¿no te parece muy diminuto? – todo estaba oscuro y no podíamos distinguir de donde provenían aquellas voces.

- Yuuta, vete ya. – fueron las palabras que oí salir de la boca de mi madre cuando sentí un golpe muy fuerte y creí que ahí todo había terminado.


- ¿Yuuta? – escuche el susurro de, esa voz…

Pasados ya unos minutos después de escucharla me levante precipitadamente debido a la impresión de recordar lo sucedido, y, al ver con quien estaba en este momento…

- ¡¿Kuromu?! – no pude evitar ese tono de sorpresa en mi voz a pesar de estar enojado con él, para empezar, ¿qué estaba haciendo aquí?

- Dime, ¿ya cambiaste de opinión?

- Yo… iré contigo… pero, ¿Qué fue lo que paso?, ¿y mi mamá?, ¿está bien? – un montón de preguntas más comenzaron a formularse en mi mente, ¿que estaba sucediendo exactamente?

- Tranquilo, ahora todo está bien, no te preocupes por Chiai, está en perfectas condiciones, es algo que te puedo asegurar.

- ¿Y cómo se yo que puedo confiar en alguien como tú? – definitivamente ya no pienso permitir que por el hecho de que me sienta atraído por él se burle de mi.

- Mmm… creí que eras un chico ingenuo y tranquilo, haha realmente no esperaba que me hablaras de esa manera pero… - se acerco rápidamente a mí y comenzó a dar toda su palabrería, que en la que ya no pienso caer, de siempre. – Creí que eras algo así como un cachorrito, pero veo que hasta esos tienen sus colmillos, ¿no es así? – ya prácticamente encima de mí, sentí como su suave cabello rozaba mi cuello y muy lentamente mordía mi oreja izquierda. Pensé que me dejaría llevar por él, pero en ese momento recordé algo muy importante que había olvidado.

- ¡¿Y el tren?!, ¿no salía a las 10:30 p.m.? – estaba todo histérico por ello y el parecía tener en su cara una apariencia de total serenidad.

- Yuuta… eso paso hace una hora y media, estuviste dormido mucho tiempo, y pues ni modo que te llevara así, qué pensarían de mi.

- Lo que yo me pregunto es que piensan ya de ti – dije sarcásticamente.

- ¿Disculpa?, vaya, vaya, no imagine que el hijo de Ryouta fuera tan insolente, pero… pues viniendo de tal padre…

- No hables de ello por favor. – interrumpí sus molestas palabras acerca de ello, para mí no es fácil escuchar hablar acerca de mi padre, y luego… ¿diciéndome que me parezco a él…? – Por cierto, ¿quiénes eran las personas que fueron a mi casa?, ¿estás seguro que mi mamá está bien?

-  Claro que lo estoy, esas personas también trabajan para tu padre… son conocidos de Chiai, así que todo estará bien, claramente no tienen razones para dañarla. – ¿también trabajaban para mi padre?

- ¿Y qué hacían aquí? – me intrigaba saber más acerca de lo que estaba pasando, y, ¿a quién no lo haría?, además… siempre he sido una persona muy curiosa.

- ¡Eso!, mmm… te lo diré cuando lleguemos allá, ¿te parece?, tendremos que tomar el primer tren que salga en la mañana, rayos, definitivamente a Ryouta esto no le va a gustar…

- Entonces… ¿regresamos a mi casa?, bueno, digo… mientras esperamos a irnos en el próximo tren – supongo que es lo que tendríamos que hacer, después de todo.

- ¿No te parecería mejor dormir al aire libre?, todo se ve perfecto desde aquí, se pueden ver más estrellas ya que es un pequeño pueblo – a pesar de que tenía razón en lo que decía, parecía que más no quería regresar, pero prefería mejor no estar de entrometido, hay personas a las que no les gusta mucho eso…

- Está bien, quedémonos aquí.

sábado, 11 de mayo de 2013

the Beloved Gun - Capítulo 1: Adentrándose a un oscuro pasado

A pesar del tiempo que ha transcurrido, parece que la herida y aquellos momentos que no me gusta recordar, no podrán borrarse con el… era algo de lo que estaba consciente, un problema no desaparece con el simple hecho de ignorarlo, y para una persona con una personalidad y voluntad tan débil como la mía superar algo que te ha lastimado profundamente y lo sigue haciendo parece imposible…

Hay momentos en los que me gustaría superarlo, olvidar todo lo que paso y seguir adelante, y sé que puedo ser capaz de lograrlo, ser feliz, pero de una extraña y tonta manera no quiero. El dolor se ha convertido en algo que siempre está dentro de mí, algo que siempre está presente y me recuerda que aunque todo parece marchar bien, al final será destruido por algún inesperado y triste suceso que volverá a hacerme caer en una profunda depresión. Pero… ¿eso no es lo emocionante de la vida? No saber qué será lo que te depara un futuro próximo pero, seguir adelante disfrutando de una vida que algunas personas no pueden ya que no tienen esas posibilidades en un mundo tan corrupto y destruido, realmente es así pero, llegue a un punto en el que todo eso para mí se había convertido en algo vacío y sin sentido, por lo que reflexionando acerca de lo que había pasado caí tontamente en el hecho de pensar que todo el dolor que cargaba era mi parte de mi, era mi orgullo, y no quería deshacerme de él, porque… pasar por todo eso y superarlo tan fácil? ¿Y dejar todos los recuerdos atrás? Estaba tan perdido que decidí seguir ese camino, sea el lugar al que me llevara.

Vivo en un pequeño y tranquilo pueblo llamado Kakunodate que se encuentra en la prefectura de Akita, allí vivo con mi madre y mi padre…bueno, el tiene un importante trabajo del que nunca habla con nosotros, y realmente creo que prefiero no saber en qué trabaja, pero sé que es en algún lugar de América, su trabajo parece quitarle todo su tiempo, por lo que máximo lo veo una vez al año, aún así no tenemos una gran relación de padre e hijo por lo que pienso que es más tranquilo de esta manera.

- Todo está oscuro… mi cuerpo… duele.

Me levanté de donde estaba y observé el lugar en el que me encontraba, me pareció extraño, lo único que recuerdo era mi regreso de clases, solo eso. Todo mi cuerpo estaba adolorido, muy apenas podía moverme, parecía que una enorme piedra hubiese estado encima de mí, y a parte mi cabeza daba vueltas y vueltas. Acaso tropecé con algo de regreso a casa y termine así? A parte, así?! Tanto así? Enojadamente me levante de donde estaba y pude advertir que me encontraba en el parque más cercano a mi casa. A pesar de lo extraño de la situación preferí no romperme la cabeza pensando en ello por lo que mejor no le tomé importancia y decidí seguir con mi camino.

Normalmente siempre paso por este lugar cuando regreso de clases, el regreso es cálido y pacífico, siempre puedes contar con que habrá la tranquilidad que necesitas después de un largo y estresante día de clases, y el panorama que se aprecia es perfecto, simplemente perfecto.

Cerca de aquí se encuentra una pequeña iglesia en la que a mi madre le gusta estar de colaboradora, pasando por ahí pude ver estaban organizando algo, tal vez en estas fechas se celebre algo importante, la curiosidad asaltó mi mente por lo que me acerque para averiguar de qué se trataba.


Estando ya más cerca logre visualizar a mi mamá, parece que estaba conversando con alguien.

- Mamá! – me acerqué para saludarla y acabar con mi curiosidad.

- Yuuta... ¿Qué estás haciendo aquí? – preguntó mi distraída y amada madre, realmente no sé qué haría sin esa mujer, no es que dependa mucho de ella ni nada parecido…

- Creo que es porque vivo a dos cuadras de aquí… - respondí con sarcasmo.

- Haha… cuida tu vocabulario jovencito, ¿que no ves que hay alguien presente? – a pesar de sus palabras sabía que no lo decía en serio, ni con esa forma autoritaria que parece, ya que además de ser mi mamá es mi mejor amiga, así que nuestra relación es muy estrecha.

- Parece que ustedes dos se llevan muy bien – escuche hablar a la persona que estaba junto a mi madre, su voz… era, como decirlo… ah! Definitivamente tengo un vocabulario demasiado pobre, pero… al ya prestarle atención a esa persona, era un chico un tanto más alto que yo, su cabello era corto, pero como el de una chica, un poco más y le llegaba a los hombros, con un color café claro y muy liso, no tenía… esto suena extraño viniendo de un hombre pero, debo admitir que no tenía un mal rostro y, su vestimenta era totalmente de un color blanco, tan blanco como la nieve, parecía… algo que tal vez no pueda explicar con las escasas palabras de mi vocabulario, o más bien, prefería no pensar en ello ya que… es un hombre!!

Después de mis millones de pensamientos que corrían rápidamente a cada segundo, le contesté.

- Ahh… ¿qué?, si, si, así nos llevamos todo el tiempo… - rayos! Desgraciadamente siempre he sido de ese tipo de personas que son muy obvias cuando algo les atrae, siempre ha sido un enorme defecto para mí y eso no ha sido muy agradable.

- Ya veo… - a pesar de la faceta de amabilidad que mostró su rostro, lo dijo más bien en un tono sarcástico, ¿acaso se está burlando de mi?

- ¡Bueno! – mi mamá corto ese tenso he incomodo silencio – Gracias por todo Kuromu, espero poder estar viniendo constantemente –

- Claro, espero lo mismo, al parecer a su hijo también le llamo la atención esto – lo dijo de una amable manera mirándome fijamente, sus ojos denotaban una cierta y hermosa calidez, que a la vez de verse pacifico y bello también parecía que esos ojos te atraían como si dentro de ellos hubiese algo escondido que espera por ser descubierto, tenían una bella forma como si fueran dos gotitas de agua, y su color… era oscuro, pero sus ojos no tenían un tono negro sino eran un gris oscuro, un hermoso gris.

- A él? Haha, nunca le gusta acompañarme cuando vengo – mamá burlándose sarcásticamente de mi como siempre.

- Haha… no me ayudes mamá…

- Está bien! Ahora si tengo que apurarme porque mi programa de esta hora está por comenzar y ya sabes cómo son estos ocios Kuromu – le dijo guiñándole un ojo como si se conocieran desde hace mucho tiempo y tuvieran una gran confianza entre sí.

- Creo que puedo asimilar eso – le respondió a su gesto mostrándole su lengua como un niño pequeño y rebelde.

No dije palabra alguna después de lo sucedido, fue algo demasiado extraño para mi… más bien, fue alguien demasiado extraño para mi… no lo sé, los sentimientos que estaban presentes en ese momento eran algo desconocido, pero realmente prefiero no tomarle importancia, ya que es algo… “eso” es, algo imposible! Precisamente a que me refiero con “eso” y a parte el es un hombre y yo soy hombre, y está ayudando en una iglesia… en una iglesia! De seguro a de pensar que este tipo de cosas son malas y en contra de sus creencias.

Ya siendo de noche baje a ver qué era lo que me esperaba en el comedor, ya estando servida la cena estuve platicando con mamá acerca de hoy y otras cosas cotidianas y sin importancia de las que normalmente hablamos, y por inercia pregunte acerca de la persona que estaba con ella en la mañana.

- Y… mamá, ¿quién era la persona con la que estabas hablando cuando yo llegue?

- Eh?, mmm… Kuromu?, la verdad… ¡no lo sé! – dijo sonrientemente.

- ¡¿Qué?! Pero si parecía que se conocían de años!

- ¿Tú crees? La verdad es una persona recién trasladada aquí, conocido de tu padre. – pareciera que paso un largo tiempo en silencio antes de que volviera a decir palabra alguna – solo llego un día de repente pidiendo ser colaborador en la iglesia, parece que quiere aprender a convivir con quienes estamos ahí… pero, ¿porqué preguntas? – aquellas últimas palabras que probablemente sabía que mencionaría y que al mismo tiempo, no sabía con que excusa responder, y precisamente me pregunta a mi mismo acerca de ello… ¿porqué pregunte eso?

- Curiosidad, curiosidad – tenía que parecer al menos algo normal, como ya mencione anteriormente, soy demasiado obvio y además de obvio malo para mentir.

Pareció que ignoro totalmente el hecho de que hubiera mencionado palabra alguna con respecto a esa persona, pero por mi está bien, prefiero que esto quede como si nada hubiera pasado.
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Al día siguiente mientras iba camino al colegio recordé lo ocurrido el día anterior y… no sé porque cuando pasaba por ahí, pase de reojo mi mirada para ver si aquella persona se encontraba, lo intente lo más despistadamente posible que pude, pero creo que no soy bueno para estas cosas por lo que una amiga de mi mamá me saludo y comenzó a hablarme acerca de muchas cosas a las cuales realmente no presté atención, me excuse diciendo que tenía que apurarme porque mis clases comenzarían pronto y noté que realmente comenzarían pronto por lo que me eché a correr lo más rápido posible.

Ya estaba a punto de entrar al colegio, iba caminando precipitadamente, ya que por ir corriendo demasiado rápido me cansé y preferí tomar un descanso… tampoco tengo gran condición física que digamos… sentí un empujón y emergió mi lado impulsivo, una de las miles de cosas que no me gustan de mi personalidad descarriada, me enojé por ello ya que ese empujón fue algo demasiado obvio, entonces gire la mirada y hable

- Podrías fijarte por donde caminas?! – dije frustradamente. Cuando lo vi, aquella persona del día anterior… pero se veía tan diferente… era el mismo?! A juzgar por su ropa no parecía para nada lo que anteriormente había visto, estaba vestido totalmente diferente, y aparte en su oreja derecha pude percibir que tenía puestos cinco piercings. Definitivamente quede en shock total por lo que estaba viendo y aparte… por qué le había contestado de esa manera?! Ante mi mal educada e imprudente reacción hizo un gesto como de sorprendido de una manera tan sarcástica y mostro su lengua descaradamente.

En mi mente solo podía visualizar en letras gigantes la palabra… ¡¿Qué?!

Quede sorprendido ante tal comportamiento, ¿qué le pasa?, realmente no parecía ser la misma persona que tenía el aspecto de alguien lleno de paz y calidez.

- Qué ocurre hijo de Ryouta? – al escuchar las palabras que menciono no pude evitar el quedar completamente atónito, de verdad trabajaba para mi padre?

- ¿Cómo sabes eso? – lo que decía parecía no tener emoción alguna, el recordarlo a él solo me traía aquellos doloroso recuerdos que quedaron grabados tristemente dentro de mí.

- Trabajo para el – el hecho de saber que esta persona realmente conoce a mi padre y está familiarizado con él hace que mi alma de paso de nuevo a la tristeza, aunque… siempre ha estado abierta para ella, nunca hemos podido llevarnos bien, nunca he podido ser lo que espera que sea, tampoco su forma de tratarme ha ido la más correcta.

- ¿Realmente trabajas para él?, Y… te ha hablado de mi?, ¿por qué sabes quién soy?

- Lo siento, pero en lo que tiene que ver con mi trabajo es algo de lo que no puedo hablar contigo.

- Y… ¿qué estás haciendo aquí? – no quería sonar de manera tan precipitada y desesperada, y a parte ayer no me había puesto de esta manera cuando me madre me conto pero… ahora me parece inquietante saber acerca de esta persona, y sobre lo que tiene que ver con mi padre.

- Mmm… ¿no entendiste que no puedo hablarte sobre ello? – a pesar de que aquellas palabras fueron dichas con amabilidad, dolieron, precisamente no entiendo porque, no tendría que tener efecto alguno sobre mí, pero me sentía un tanto vulnerable ante todo esto que estaba escuchando.

- Estoy cansado – al decir esto, preferí seguir con mi camino, a pesar de que ayer el hecho de que estuviera conmigo parecía una situación demasiado atractiva, en este momento solo quería tenerlo lejos de mi y dejar de escuchar lo que decía.

- Espera, espera – el momento en que dijo esas palabras sujetó mi mano. Creo que en ese momento sentí como si todo mi cuerpo fuera tomado por una extraña sensación de escalofríos.

- Tengo que irme!, Se, se me hará tarde para llegar a clases – no pude evitar el tono de nerviosismo que denotaban mis palabras.

- Dices… - me contesto levantando una ceja – Sabes que no irás a clases por que todo lo que te dije fue demasiado para ti, mejor ven conmigo, no pierdes nada con ello o sí?

- Una parte de mi se sentía atraída por ello, y la otra, tenía miedo. Quería conocerlo más, siento algo en el que… no es normal, por lo que preferí no ejercer oposición alguna.

- Vamos sé feliz, sé que puedes lograr superar lo que te paso, no olvides que… Papá está contigo! – esta vez su voz volvió a tener el bello tono y la calidez que había mostrado el día anterior.

- Papá?, te refieres a Dios?, No creo que él esté interesado en estar al lado de alguien que no cree mucho en el que digamos… y menos si esa persona es como yo… - mi voz parecía ir apagándose conforme iba pronunciando palabra por palabra, el parecía que solo me miraba atentamente manifestando en su rostro una expresión de ternura.

- Ya veo… no te preocupes!, Sabes? Yo conozco a una persona que era como tú, ambos son parecidos en algunos aspectos, y no te culpo por pensar de esa manera Yuuta, hay muchas personas que piensan que Dios los ha abandonado y otras que no creen en él, pero… ¿quién soy yo para juzgarlas?, aunque sabes? Me gustaría ayudarte con eso, quisiera que lo conocieras, aunque parece que no puedes confiar en alguien como yo, y más siendo un conocido de tu padre pero… me esforzaré!, no te preocupes, trabajaremos en ello juntos!, pero… antes quiero preguntarte algo… Vendrías conmigo?